LA FORMACIÓN VOCAL DE LAS MUJERES EN EL SIGLO XIX EN ESPAÑA

 

ALUMNAS, MAESTRAS Y CANTANTE LA FORMACIÓN VOCAL DE LAS MUJERES EN EL SIGLO XIX EN ESPAÑA

En el siglo XIX, el canto lírico era una de las manifestaciones artísticas más apreciadas en los diferentes niveles sociales. Aprender a cantar reflejaba la cara y la cruz de diferentes realidades vitales. El canto constituía una parte destacada de la formación de las mujeres de la alta sociedad, la aristocracia y la realeza, aunque también se podía convertir en la profesión y el modo de sobrevivir de aquellas que pertenecían a un estrato social más deprimido. El siglo XIX fue testigo de la historia de mujeres de diferentes procedencias y con diversos niveles de formación vocal, que hicieron del aprendizaje del canto parte de su vida personal, profesional y de sus manifestaciones artísticas. Como afirma Susan Rutherford (2006).

La consideración de prima donna como una importante figura de la cultura musical, aunaba los conceptos de feminidad, vocalidad e interpretación.

Dependiendo del estatus social, las mujeres podían o no desarrollarse profesionalmente como cantantes. Pertenecer a un estamento social elevado resultaba incompatible con la escena lírica, en especial para las mujeres, por lo que podía suceder que potenciales cantantes líricos vieran frustrada su carrera artística, limitándose a lucir sus habilidades vocales en recitales celebrados en salones privados. Esta clase de aficionados era la más numerosa, “pues se encuentran con frecuencia en conciertos particulares aficionados de ambos sexos que pueden rivalizar con los profesores más acreditados”. El ideal femenino doméstico no armonizaba con la profesión de cantante, que dotaba a la mujer de cierta libertad, independencia y realización artística. Algunas de las cantantes que comenzaban una carrera exitosa terminaban abandonándola al contraer matrimonio. Aquellas que dedicaban su vida a cantar sobre los escenarios y gozaban de prestigio, tras retirarse solían ejercer la docencia, lo que les permitía transmitir al alumnado su experiencia y conocimientos prácticos.

Pese a todo lo expuesto, la presencia de las mujeres en el canto y en la pedagogía vocal en el siglo XIX no se puede entender sin conocer el proceso de enseñanza-aprendizaje al que tenían acceso en la educación oficial o privada y que constituye el germen de las actuales metodologías y sistemas pedagógicos. En España marcó un hito la creación en 1830 del Conservatorio María Cristina de Madrid, donde la disciplina del canto ocupó un puesto importante. En el sector privado, la Escuela Lírico-Dramática fundada en 1866 por el maestro de canto Antonio Cordero contó con una gran popularidad entre los jóvenes cantantes que querían educar su voz.

 

-       Objetivos y Método

El objetivo principal de este estudio es analizar la importancia de la actividad que desempeñaron las mujeres en el proceso de enseñanza-aprendizaje del canto en la España del siglo XIX en el contexto oficial y privado.

 

Esta investigación basada en el método descriptivo parte de una revisión de documentación histórica procedente de los fondos de la Biblioteca del Conservatorio Superior de Madrid, de la Hemeroteca Digital y Biblioteca Nacional de España y de la Biblioteca Musicale Governativa del Conservatorio di Santa Cecilia (Roma). Las estancias en estos centros de investigación han permitido la consulta de las fuentes empleadas en este estudio, en su mayoría primarias: tratados de canto, reseñas en prensa, revistas especializadas y reglamentos organizativos. A través del análisis documental de los datos se ha reconstruido el tipo de enseñanza al que tenían acceso las mujeres, su papel dentro del sistema educativo y las salidas profesionales de estos estudios, como profesora o como artista lírico.

 

El estudio se ha estructurado en dos apartados, el primero expone el modelo pedagógico de la enseñanza del canto seguido en el Conservatorio de Madrid desde su creación en 1830 hasta finales del siglo XIX. Esta sección finaliza con una mención a algunas de las alumnas que formaron parte de la historia lírica tras salir del Conservatorio, así como a las primeras profesoras de canto de esta institución. En el segundo apartado, se describe el funcionamiento de la Escuela Lírico-Dramática fundada en 1866 por los maestros Antonio Cordero y Juan Jiménez, cuyo primer objetivo era elevar la calidad vocal e interpretativa de los cantantes españoles. En este centro privado de enseñanza del canto y la interpretación escénica se formaron alumnas que despuntaron en la lírica nacional e internacional.

 



Conclusiones

 

La revisión bibliográfica realizada pone de manifiesto el carácter social del papel desempeñado por las mujeres en la pedagogía del canto en España en el siglo XIX. La documentación presentada permite un análisis de las características y la situación de las mujeres dedicadas al aprendizaje y enseñanza del canto en esta época, haciendo posible la reflexión docente.

El acceso de las mujeres a la educación musical de nivel avanzado está vinculado a la fundación de los principales conservatorios de música a lo largo del siglo XIX (Bennett, 2010). Este estudio se ha centrado en dos de las instituciones más relevantes del siglo XIX en el contexto público y privado para la formación vocal: el Conservatorio de Madrid en el sistema público y la Escuela Lírico-Dramática de ámbito privado. Aunque ambas tenían su sede en Madrid, ejemplificaban la progresiva incorporación de la mujer a la enseñanza musical, así como la realidad educativa que se vivía en otras ciudades españolas a medida que se iban creando nuevos conservatorios como el del Liceo en Barcelona (1837), la Escuela de Canto y Declamación de Isabel II en Granada (1861) y el Conservatorio de Valencia (1879), entre otros.

 

La formación vocal en la enseñanza oficial y privada no presentaba diferencias sustanciales entre hombres o mujeres. Aunque de forma coherente la técnica vocal se adaptaba a cada tipo de voz con sus particularidades, en las aulas de canto se empleaba la misma metodología para ambos sexos. Los horarios eran distintos para los alumnos y las alumnas, si bien, se reunían en las clases de repertorio para trabajar los números de conjunto. Será a principios del siglo XX cuando se plantee innecesaria la separación de sexos en las enseñanzas musicales de carácter individual como las de instrumentos o canto (Perelló). La única diferencia en el programa educativo era la edad de acceso a los estudios de canto, recomendándose siempre dos años menos en el caso de las mujeres debido a que en éstas se suele producir antes el desarrollo fisiológico del aparato fonador.

Una vez finalizados los estudios de canto, las salidas profesionales tanto para hombres como para mujeres eran dos: la carrera de cantante lírico y la docencia. En el primero de los casos, las mujeres eran tan demandadas por los teatros como los cantantes masculinos y, si alcanzaban un nivel alto, no existían diferencias en su consideración social. La necesidad de la presencia de las mujeres era indiscutible en la ópera y la zarzuela, ya que los roles femeninos, salvo contadas excepciones, sólo podían ser interpretados por mujeres.

En España, la maestra Matilde Estaban y Vicente logró las autorizaciones y beneplácitos para publicar en 1892 un breve tratado de canto destinado a sus alumnas. No tuvo la misma suerte Emilia Ortiz de Urbina de Ruiz de Apodaca, quien en 1917 solicitó un informe a la Academia de Bellas Artes de Madrid para poder publicar su obra Método Completo de Canto. Sin embargo, el dictamen fue que este método no reunía los requisitos necesarios para ser de utilidad en la enseñanza vocal (Larregla, 1917) y el texto se devolvió a su autora. Esta situación de desventaja de las maestras de canto en España no fue un hecho aislado en la Europa del siglo XIX. En Italia, por ejemplo, el balance de la situación no era mucho más satisfactorio ya que frente a un incontable número de métodos de canto escritos por hombres, sólo se tiene constancia de las publicaciones de cinco mujeres: Grammatica o siano Regole di ben cantare (1810) de Anna Maria Pellegrini Celoni, Del Canto. Osservazioni e consigli sull’inseganmento a soprani, mezzo-soprani e contralti (1891) de Maria Melia, Sul método di canto italiano classico (1891) de Ernesta Werther, Decadenza del canto: cause e rimedi (1897) e Il canto (1902) de Teresina Colli y Osservazioni pratiche per lo studio del canto (1893) de Virginia Boccabadati (Beghelli, 1995)


Rafael Caballero

Comentarios

  1. ¿De dónde se ha tomado? Debes citar el artículo del estudio que comentas, y si pones algo literal debe ir entrecomillado. Cuando se cita a algún autor se pone solo el primer apellido, (mira el final del primer párrafo).

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